En octubre se cumplieron 16 años desde la creación de lo que comenzó como un programa de capacitación laboral para jóvenes y adultos, en la sede de Bogotá 3940, y se convirtió en un centro de enseñanza de variadas disciplinas, que funciona actualmente en Avenida Boedo 1942. Cocina, Pastelería, Decoración de Tortas, Organización de Eventos, Cuidados de Adultos Mayores, son algunas de las ofertas educativas que se desarrollaron a lo largo del tiempo.
Para celebrar este logro, la Institución congregó a sus ex alumnos y profesores, en un alegre Té que contó con un sabroso catering, sorteos y show musical. Los recuerdos, las anécdotas y las risas, dieron vida a una tarde plagada de emociones, en la que se vivió un momento especial cuando todos los presentes entonaron juntos el feliz cumpleaños.
María Julia Damián Mendoza, una de las primeras alumnas del Centro de Formación Profesional, egresada de la primera promoción del Curso de Cocina, que comenzó en el 2001, comentó: “Yo estoy eternamente agradecida a la LBV y también a la Profesora Oqui, que siempre nos impulsó a seguir adelante, porque nos dio la posibilidad de ser profesionales y aprendimos mucho de ella. Esta Institución para mi fue y es muy importante. Soy inmigrante peruana, y tuve a mis tres hijos en la Escuela Infantil Jesús. Los tres fueron abanderados y gracias a Dios, dos de ellos ya están en la Universidad y el menor en el Secundario. Hoy en día somos lo que somos gracias a ustedes, Legión de la Buena Voluntad. ¡Gracias! Siempre estaremos presentes para colaborar, porque así lo sentimos”.
Otra de las ex alumnas, Alicia Staelis, también expresó su sentimiento, rodeada de quienes fueron sus compañeros: “Me emociono de este hermoso reencuentro. Gracias a la LBV hace diez años comencé el curso de Cocina y después hice el curso de Pastelería. Hermosos recuerdos con muchos de mis compañeros… La Legión de la Buena Voluntad vale la pena, porque se ayuda a muchísima gente, y en la medida en que uno pueda colaborar, me parece magnífico… No quiero dejar de agradecer a la profesora Oqui. Ese amor, esa dulzura que tiene para todos nosotros, es inolvidable. Les deseo mucho éxito. ¡Gracias, gracias, gracias!”
En dieciseis años de trabajo, cientos de alumnos se formaron en las aulas de la LBV. El desafío permanente fue y sigue siendo, generar un espacio de inclusión social con personas de diversas edades, lugares de procedencia, historias de vida, y expectativas. Allí reside el mayor éxito de esta propuesta que crece día a día, en la medida en que ofrece un lugar de encuentro y desarrollo de potencialidades, con amor y calidad.